miércoles, 23 de septiembre de 2009

SUELDOS Y SUELDAZOS: EL ESCÁNDALO QUE NO CESA

Desde la muy modesta tribuna que es ZD, hemos criticado en ocasiones las retribuciones estratosféricas que se adjudican a sí mismos los que podríamos llamar "grandes de este mundo", aquellos que retrataba Tom Wolfe en La hoguera de las vanidades. Y hasta les hemos puesto nombre, como por ejemplo el señor Francisco González, colocado a dedo por el Gobierno del PP al frente del BBVA, y que se lleva cada año la friolera de casi 20 millones de euros entre salarios, dietas, incentivos y aportaciones a su fondo de pensiones. Una cifra escandalosa donde las haya, aunque el BBVA tenga importantes beneficios, porque para nada se corresponde con el valor añadido que el trabajo del señor González aporta al producto final que el banco ofrece a sus clientes. Lo que ocurre, simplemente, es que el responsable de fijar las retribuciones del señor González es el propio señor González: como si el Director de las Apuestas del Estado tuviera la capacidad de establecer la combinación ganadora de cada semana. Y lo mismo que ocurre con la Presidencia del BBVA ocurre con el resto de grandes bancos y de grandes empresas, hasta el extremo que hoy existe un consenso bastante amplio sobre la incidencia que las retribuciones de los altos ejecutivos tuvieron en la crisis financiera. ¿Qué Bastilla deberíamos asaltar hoy para acabar con esta situación? La injusticia galopante y la confusión parecen constituir el signo de los tiempos.
Pero veamos qué ocurre con los ingresos de los que no pueden fijar la cuantía de sus salarios. El Instituto Nacional de Estadística acaba de dar a conocer su encuesta sobre la estructura salarial en España. Según la nota de prensa distribuida por este organismo dependiente del Ministerio de Economía, el sueldo medio de los trabajadores españoles alcanzó en 2007 la cifra de 20390 euros. Un dato que viene a confirmar las peores sospechas sobre el continuado deterioro de los salarios en los últimos años, quizá como consecuencia de que la mayor parte del empleo que se ha creado era de baja cualificación y mal retribuido; y quizá también como consecuencia de una política empresarial consistente en echar a los más viejos para sustituirlos por jóvenes, además de congelar o recortar el sueldo de "entrada" en la empresa.
Según la encuesta que el propio INE publicó en 1995 (con datos de 1993) la ganancia media de un trabajador español entonces era de 2.789.000 pesetas anuales. Redondeando un poco, nos sale una cifra anual de 16.800 euros. Si a esa cifra le aplicamos la actualización correspondiente al IPC ( un 55,5 por ciento de inflación acumulada entre el 93 y 2007) nos sale que la ganancia media en 2007 tendría que haber sido de 26124 euros anuales. Eso simplemente para mantener el poder a dquisitivo de los salarios. Esta es la situación de los asalariados españoles: ¡el sueldo medio está 6000 euros por debajo de donde debería estar para ser, en términos reales, igual que hace 16 años! Y todavía hay algunos -los que tienen el privilegio de fijar sus propios sueldos - que siguen predicando moderación salarial, despidos más baratos, etc.
Uno que predicaba incansablemente la moderación salarial era Juan Jiménez Aguilar, Secretario General de la CEOE, quien se llevó 1,8 millones de euros en concepto de indemnización cuando el actual equipo dirigente de la CEOE decidió no contar con él. La Ministra de Economía, Elena Salgado, se lo ha reprochado a la patronal y desde la organización que dirige Gerardo Díaz Ferrán han contestado diciendo que esa era la indemnización que le correspondía por despido improcedente. Olvidan un pequeño detalle: el cargo de Secretario General es un cargo electivo, no genera derechos laborales. Es como si José María Aznar, cuando dejó de ser el Presidente del PP, hubiera reclamado una indemnización por despido. Lo que ocurre es que zanjaron sus diferencias tirando de talonario, como tiró de talonario el señor Botín cuando tuvo que deshacerse del señor Amusátegui.
Ha dicho también la CEOE que el dinero es suyo, que ellos son una organización privada que vive de las cuotas de sus afiliados y que pueden hacer con ellas lo que quieran. Por supuesto que el dinero es suyo, pero ¿de dónde sale? Sale de las miserables subidas salariales que tan ferozmente regatean a los 15 millones de asalariados que pisamos la piel de toro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pura demagogia:

1º a Fco. González se le congeló el sueldo en febrero de este año. La congelación se aplicó tanto sobre la retribución fija como sobre la base que se utiliza para la retribución variable anual.
2º BBVA cerró 2008 con un beneficio neto recurrente de 5.414 millones de euros.
3º Un 30% de ese beneficio es para el Estado vía impuestos.
4º No es ni de lejos el directivo de empresa PRIVADA que mas cobra en España.
5º La empresa que quiera tener un elemento de esta valía –recomiendo que vean su curriculum- ha de pagarlo.

Lo que pasa es que al Sr. González, a la sazón, patrono de la Cruz Roja, de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, y de la Fundación Víctimas del Terrorismo entre otras, ni con las artimañas de la Oficina Económica de Zapatero se le pudo echar a la calle para poner a alguien con las mismas retribuciones pero dúctil y maleable.


¿Porqué no dice usted algo de los 100 millones de euros/mes que cuestan los 300.000 liberados sindicales que hay en España, y que salen, como las retribuciones del Sr. González, de los presupuestos de las empresas? Hay una diferencia, estos 300.000 que se pasan la vida padre chapándonos la sangre y el Sr. González. Este último, trabaja incansablemente entre 14 y 16 horas diarias.

Anónimo dijo...

Se equivoca usted; el responsable de fijar las retribuciones del señor González NO es el propio señor González.

Santiago L. Legarda dijo...

Demagogia por demagogia: que se suprimiera el derecho a la actividad sindical es lo que les faltaría a los no sé cuantos miles de González que necesitan via libre para explotar mejor el trabajo ajeno.
No dudo de que el señor Presidente del BBVA sea un elemento de gran valía, pero me permito insistir en que ni de lejos lo que él aporta a la empresa (como ocurre con todos los demás altos directivos de las otras empresas) equivaled a lo que se lleva mediante diversas formas de retribución. ¿Alguien en su sano juicio puede aceptar que el señor González en sus incansables 16 horas de trabajo diario aporta tanto como 400 directores de oficina del BBVA?
Si es verdad que los liberados sindicales cuestan 100 millones de euros, sólo puedo decir que, dado que el amable lector anónimo los sitúa en 300.000, se les está pagando el miserable sueldo de 4000 euros por cabeza al año.
Me reafirmo en que es un escándalo y un agravio difícilmente soportable el que los sueldos medios de los altos directivos de las empresas superen hasta en 500 veces el sueldo medio de sus empleados. Saludos cordiales a todos. Ojalá podamos encontrar una vía para que las diferencias sociales no sean tan lacerantes.

Esperanza dijo...

Estoy totalmente de acuerdo en que estos emolumentos deberían estar prohibidos por ley. Al igual que el de un chico llamado Lionel Messi (jugador de FC independentista Barcelona) que cobra 13 millones de euros año. Este tipo y otros –al que no le resto mérito- también deberían ser objeto de análisis en sus artículos. De hay el atisbo demagógico que apunta el anónimo al que creo conocer ya que su IP es el de uno de mis ordenadores. Por cierto, está claro –señor anónimo- que las matemáticas no son lo suyo; la cuenta es: Una media de 2.000 euros brutos por mes y liberado sindical que según usted impiden que los trabajadores no sean aún mas explotados… permítame que me ría ¡Ja ja ja! por no decir que eso es mentira y que algunos –bastantes- son auténticos mafiosos.

Otra cosa que siempre me ha “lacerado” son las condiciones en que se jubilan los exministros y expresidentes, los presupuestos y sueldazos para la dinastía Borbón etc. etc. Vamos; que Barceló –por la cuenta de la vieja- cobró más por su cúpula –todo esto con dinero PÚBLICO- que el directivo contra el que usted carga las tintas con razón. Pero que tenga claro eso es una gota de agua en el océano de las laceraciones.

Salud,
Esperanza L.

Esperanza dijo...

…de ahí el atisbo demagógico…