martes, 26 de mayo de 2009

EL CARA A CARA Y EL SUEÑO IMPOSIBLE DE MOVILIZAR A LOS ELECTORES

El debate que mantuvieron anoche en TVE los cabezas de lista del PSOE y el PP no pasará a la historia de los debates electorales en televisión. Todo resultaba demasiado frío, demasiado encorsetado, demasiado artificial. Ni un chiste ni una sonrisa ni unas palabras de relajación entre los candidatos. "Esto es lo que ustedes han pactado, señores", decía la eficiente y aseada Ana Blanco desde una distancia sideral, como si aquello no fuera con ella o como si los diseñadores del estudio hubieran querido dejar claro que ofrecían el espectáculo por imperativo legal. No creo que esa sucesión de monólogos, dichos en un tono neutro, casi copiado del que emplearía un opositor que canta un tema después de sacar la bola del saco, haya servido para convencer a mucha gente de la conveniencia de ir a la cita con las urnas el próximo día 7 de Junio.
Un par de días antes la Vicepresidenta Primera estuvo en Alcalá para participar en un mitin organizado por la agrupación socialista local. Mientras escuchaba a María Teresa Fernández de la Vega me acordé de esos carteles del Plan E que han crecido como hongos por toda la geografía patria y me preguntaba si ella recordará aquella promesa solemne que hizo cuando tomó posesión de su cargo de portavoz: "se va a acabar esa perversión de dedicar los dineros públicos al autobombo y a la propaganda gubernamental". Se conoce que ciertas costumbres, ciertas inercias, ciertos reflejos condicionados del poder, no hay forma humana de acabar con ellas. Estuve estos días de atrás en Valverde de los Arroyos, precioso pueblo de la comarca de la Arquitectura Negra, a los pies del pico Ocejón. A la entrada, y con motivo de unas imprecisas obras de mejora cuyo monto total asciende a 18.000 euros, han plantado un cartelón del tamaño de la bandera que ondea en la Plaza de Colón. Lo escribo con dolor, pero lo escribo: lo que está haciendo este Gobierno con el Plan E me recuerda la propaganda asfixiante que llevó a cabo el Franquismo cuando los "veinticinco años de paz".
Pero volvamos al mitin, en el que De la Vega habló mucho de las grandes conquistas, los grandes sueños que los socilistas han hecho realidad en pro de la humanidad frente a la derecha retrógrada, "que siempre nos tachaba de ingenuos". Ahora se trata -añadió la Vicepresidenta- de conseguir la Europa de la solidaridad, la Europa de la igualdad, la Europa capaz de promover la paz en el mundo, la Europa progresista que trabaje para salir de la crisis con un modelo de desarrollo más sostenible y que al mismo refuerce toda esa red de protección que llamamos estado del bienestar. Los asistentes la aplaudieron mucho, y pugnaban por abrazarla, y la pedían autógrafos, y querían decirle cosas al oído. Yo contemplaba la escena un poco alejado, como un puro friki en medio de aquel ambiente de banderas al viento y musiquilla pegadiza a todo trapo. Y pensé que entre los sueños imposibles bien podría incluirse este esforzado intento de hacernos ver, en medio de la indiferencia general, lo importante que es este partido que vamos a jugar en Europa.
También anoche Mayor Oreja y López Aguilar hicieron mucho hincapié en la trascendencia de las elecciones europeas, pero no acertaban a explicar la presunta conexión directa entre lo que ocurra en Estrasburgo y en Bruselas y lo que ocurra en cada país. Mayor se pone a hablar de "los valores" en cuanto tiene que hacer un parlamento de más de 20 segundos. ¿Por qué habla tanto de los valores este hombre? ¿Es un predicador frustrado o cuando habla de la crisis de valores que padecemos se refiere a la caída de las cotizaciones bursátiles? ¿O es que le incomoda la comprobación de que la gente cree en unas cosas y tiene unas pautas de comportamiento que no son las suyas? El candidato popular me da grima cada vez que emprende su cantinela sobre los valores. Del candidato socialista lo mejor que puede decirse es que se ha adaptado bastante bien a la demarcación asignada por el entrenador para este partido que se juega en Europa. Casi no se le nota que él habría preferido jugar en otro puesto.

EL INCENDIO DEL PALACIO ARZOBISPAL DE ALCALÁ

En relación con la entrada anterior, en la que hablábamos de la explosión del polvorín, un lector me pregunta por el incendio del Palacio Arzobispal, que supuso la destrucción del Archivo Central del Estado, alojado entonces en este antiguo palacio-fortaleza. El siniestro fue en Agosto de 1.939 y, que yo sepa, nadie fue acusado de nada porque se consideró un suceso fortuito. Se produjeron graves daños y pérdidas de patrimonio artístico y desapareció casi la totalidad de la documentación que se guardaba, pero no hubo víctimas. De manera que son dos historias sin comparación posible.

jueves, 21 de mayo de 2009

LA EXPLOSIÓN DEL POLVORÍN, UN CAPÍTULO TRÁGICO DE LA HISTORIA ALCALAÍNA

Este pasado jueves, 21 de Mayo, se presentó en el Parador de Alcalá de Henares un libro de investigación histórica sobre la explosión del polvorín militar, acaecida en la tarde del 6 de Septiembre de 1.947. Fue un siniestro accidental, casi con toda seguridad debido al deterioro de los materiales almacenados, que conmocionó a la ciudad como la habían conmocionado los bombardeos de la Guerra. Las consecuencias fueron catastróficas, ya que ocasionó la muerte de 24 personas, civiles y militares, y la destrucción completa de la instalación militar, que se hallaba ubicada a pocos metros del puente Zulema.
Pero si trágicas fueron las secuelas de aquel suceso fortuito, más trágica aún resultó la reacción de las autoridades franquistas, que tomaron la explosión como la excusa perfecta para desencadenar una brutal represión contra los militantes clandestinos del Partido Comunista y de las Juventudes Socialistas Unificadas. Los detenidos -decenas de personas- fueron acusados de llevar a cabo un acto de sabotaje y ocho de ellos fueron fusilados en el penal de Ocaña un año después de la explosión. Otros muchos cumplieron largas condenas de cárcel.
Los autores de este muy meritorio trabajo de investigación son Julián Vadillo y Alejandro Remeseiro. El oprimero de ellos aseguró, tal como se recoge en las páginas del libro, que todos los informes técnicos y documentos que se han podido encontrar demuestran que "se trató de una negligencia del Ejército en la conservación del material que tenía bajo su custodia; tan sólo 20 días antes había estallado en Cádiz, por las mismas razones de mala conservación, el polvorín que existía en el centro de aquella ciudad". Después de relatar las muchas dificultades y trabas que tuvieron que sortear, Vadillo concluía con estas palabras: "es un libro con el que esperamos poder resarcir, en la medida de nuestras fuerzas, la memoria de todas las víctimas de aquel suceso, las que lo fueron por los efectos devastadores de la explosión fortuita y las que fueron acusadas y condenadas sin pruebas por algo que no habían cometido".
El libro, muy bien editado y de lectura casi obligatoria para quienes quieran conocer o recordar qué métodos empleaba la dictadura para la persecución política de sus adversarios, ha sido posible por la iniciativade la entidad cívica Foro del Henares. Uno de los miembros de esta asociación, Manuel Rioyo, gran impulsor del proyecto, aseguró que no hay ciudadanía democrática sin memoria y que, por tanto, este acto público en el recién inaugurado parador alcalaíno, era "algo más que la mera presentación de un libro, porque estamos aquí para reivindicar el buen nombre y el honor de aquellas personas que fueron acusadas falsamente de algo que no habían cometido".
Este esclarecedor trabajo de investigación sobre uno de los episodios más tristes y negros de la historia alcalaína está disponible en las librerías de la ciudad complutense y también en la propia sede de el Foro del Henares. La fotografía de arriba recoge la portada del libro, que está hecha con una de las fotos que se publicaron en la prensa por aquellas fechas. En la fotografía de abajo, los autores de la obra que comentamos.

viernes, 15 de mayo de 2009

"ESPAÑA PUEDE SALIR DE LA CRISIS": AZNAR Y PLANETA HACEN CAJA MIENTRAS TANTO


El último libro escrito y publicado por José María Aznar -el cuarto desde que salió del Palacio de la Moncloa- tiene una virtud indiscutible: convencerá a mucha gente de lo fácil que es escribir un libro a base de frases cortas, casi tartamudas, argumentaciones cogidas con alfileres, medias verdades, interpretaciones sesgadas, manipulaciones sin complejos y recetas de urgencia extraidas del vademecum neoliberal. Lo difícil será venderlo o encontrar quien te lo publique, pero desde luego es condenadamente fácil sentarse al teclado y escribir -o mandar que te escriban- no más de 140 folios que la mano experta del editor convertirá en un producto atractivo, como un regalo de bisutería en deslumbrante envoltorio. Un producto ideal para que los incondicionales "cazafirmas" hagan cola en los múltiples actos promocionales que se organizarán -supongo- por todo el territorio nacional. Aznar no es tonto y los dueños de Planeta menos. Así que un negocio redondo para ambas partes, a razón de 21 euros la pieza.
¿Será también un buen negocio para los compradores o se les está colocando una burra falsa? Sintiéndolo mucho, tengo que inclinarme por esta segunda opción. No diré de los lectores de Aznar lo que Rajoy dijo de los diputados socialistas: yo creo que sí saben leer, que les importa el contenido de lo que compran y que lo leerán . Pero creo también que en esta ocasión se sentirán decepcionadas por la deficiente factura intelectual del producto que les sirve su líder.
Estuve en la presentación pública de "España puede salir de la crisis", celebrada en un céntrico hotel madrileño que se quedó pequeño para acoger a tantos entusiastas. Una presentación en la que se habló mucho de valores morales, casi más que de datos económicos. Y yo me preguntaba después, mientras volvía a casa, en qué valor puede estar inspirada una propuesta como la de mantener congelado el salario mínimo interprofesional. Jaime Mayor, telonero de lujo, se quejaba de que "Aznar ha sido el Presidente del Gobierno más denostado, injuriado y caricaturizado" para situar a continuación, entre las virtudes del personaje, la de "ser muy predecible y decir siempre la verdad y por eso se lleva tantos problemas y disgustos como se lleva últimamente". ¿Dijo también la verdad cuando se sumó ardorosamente a la campaña sobre las armas de destrucción masiva en Iraq? ¿La dijo cuando el 11 de marzo de 2004 llamó a los directores de los principales medios de comunicación para darles su palabra de honor de que había sido ETA?
"Este libro, aseguró después el autor, es una apelación a la confianza y a la responsabilidad, porque España necesita personas con principios y con valores para ponerse de nuevo en marcha". Parece como si quisiera dar a entender que todos los que no estén en su línea de pensamiento son unos degenerados y desde luego les acusa de liberticidas casi literalmente, puesto que, en su opinión, todos los que claman contra los excesos del mercado en realidad "están dando una batalla contra la libertad".
Hablaba Mayor, con cierto tono confidencial, de la existencias de dos aznares: "el que conocemos sus amigos y el que nos presentan en algunos retratos, retorcido y deformado hasta el extremo". Yo también puedo decir que he conocido dos aznares (aunque ninguno en la intimidad): el que queda reflejado en un libro como el que comentamos y el que gobernó España en la segunda mitad de los noventa. Debo suponer que el auténtico es el del libro, porque al segundo lo seguí por tierra, mar y aire y puedo asegurar que la política que llevó a cabo se parecía poco a la que predica. Después vendría la mayoría absoluta y el Aznar gobernante empezó a parecerse al Aznar de los libros: el resultado que provocó aquella semejanza forma parte ya de la historia de España.

martes, 12 de mayo de 2009

ESTADO DE LA NACIÓN: UN DEBATE ENLADRILLADO

Uno de los asuntos más destacados en el debate de hoy en el Congreso han sido los problemas que está trayendo a la economía española el estallido de la burbuja inmobiliaria. Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se han invitado recíprocamente a la autocrítica y creo que este sería un terreno adecuado para que ambos la hicieran, porque ni los gobiernos del PSOE ni los gobiernos del PP hicieron nada para frenar el "inflado" de la burbuja, del que todos fuimos testigos.
En ZD hemos sostenido y sostenemos que los principales culpables de la escalada estratosférica de los precios inmobiliarios hemos sido los ciudadanos españoles, con nuestra fe berroqueña en que no había inversión más segura y rentable que el ladrillo. Decir esto no es políticamente correcto, y nadie se atrevería a decirlo desde la tribuna del Congreso y mirando de frente a los espectadores, pero es una verdad como la copa de un pino. La piel de toro fue recorrida por un furor especulativo que los gobiernos no supieron o no quisieron contener, pero los partícipes de ese furor fueron -o fuimos- los ciudadanos, aunque no todos en la misma medida, por supuesto.
En la mañana de hoy el Presidente del Gobierno ha sorprendido con el anuncio de que a partir del 1 de Enero de 2011 desaparecerá la deducción fiscal por la compra de una vivienda para quienes ganen más de 24.000 euros al año. ¿No sería más lógico mantener la deducción para quienes necesitan acceder a su primera vivienda y suprimirla para las compras sucesivas? ¿No habría sido más lógico equiparar desde hace años las deducciones por el alquiler a las que existían para la compra?
Por otra parte resulta patético el desconocimiento de la realidad que parecen mostrar nuestros gobernantes cuando fijan los límites de ingresos para las desgravaciones. Resulta que la desgravación máxima ( la que corresponde a una inversión máxima de 9015 euros) sólo podrán mantenerla quienes ganen menos de 17.000 euros al año. Es decir, que el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero cree que alguien con unos ingresos netos de poco más de 1000 euros al mes podrá dedicar más del 60 por ciento de sus ingresos al pago de la vivienda. Cabe recordar que, incluso en los momentos de mayor alegría a la hora de conceder préstamos, las entidades financieras torcían el gesto cuando la cuota mensual de intereses más amortización representaba más de una tercera parte de los ingresos. El Gobierno del señor Rodríguez Zapatero cree también que cualquier persona con unos ingresos mensuales netos de 1400 euros al mes (los que se corresponden con un salario bruto anual de 24000 euros) no necesitará ayuda fiscal ninguna para adquirir su primera vivienda. En este punto, creo que llevaba razón Rajoy cuando le ha dicho a ZP que con un anuncio como ese "le está dando la puntilla a las clases medias".
Más que las ventajas fiscales, un factor que alimentó poderosamente la escalada de precios fue la ausencia de una decidida política gubernamental en favor de las viviendas de promoción pública. Sería de desear que ahora se hiciera más hincapié en esos planes, porque cada año siguen formándose cientos de miles de nuevas familias y esas familias necesitan un hogar y no todas están en condiciones de acudir al mercado libre, donde los precios siguen muy fuera del alcance de los magros salarios que se pagan hoy en España.

jueves, 7 de mayo de 2009

EL BARÇA ENCONTRÓ SU CAMINO HACIA ROMA

Había pensado escribir algo sobre la toma de posesión de Patxi López, algo que podría haberse titulado "La esperanza se llama López...y el mal perder se llama Ibarretxe". Pero un amable lector anónimo me sugiere un comentario sobre el partido de anoche, así que voy a complacerle pese a que no soy una persona muy versada en lo que podríamos llamar los detalles o los intríngulis del juego. Por ejemplo, no sabría decir si las varias jugadas polémicas que hubo en el área del Barcelona fueron o no fueron penalty.
Vi el partido, en efecto, acompañado por una de mis hijas, que es culé de pro y que estuvo todo el rato al borde de las lágrimas para acabar derramándolas muy generosamente al final del encuentro. Y lo vi en un sitio donde se supone que la gente debería dedicarse a disfrutar con los lances del juego, en lugar de regodearse en los insultos estentóreos e irracionales: una cafetería del campus universitario. Se conoce que la buena educación, el juego limpio, el respeto por el contrario ya no importan y lo que importa es ganar o clasificarse a cualquier precio. Los parroquianos madridistas estaban deseosos de revancha, así que de la manera más mezquina se dedicaban a corear las acciones del Chelsea. Y los parroquianos barcelonistas caían en la más absurda de las contradicciones: se dedicaban a hacer el simio cuando la tocaban los negros del equipo británico y seguían el juego con arrobo cuando los que conducían la pelota eran los negros que militan en el equipo catalán.
Durante todo el encuentro los jugadores del Barcelona me recordaron a los cardenales cuando se reunen en la Capilla Sixtina: una vez que se cierran las puertas, todo depende de que llegue o no llegue la inspiración del Espíritu Santo. ¿Cómo es posible -me preguntaba- que los mismos jugadores que hace cuatro días crearon una catarata de oportunidades en el Bernabéu ahora sean incapaces de tirar una sola vez entre los tres palos? Misterios del fútbol, aunque cabe suponer que los del Chelsea habían adoptado todas las precauciones para evitar que llegara a su destino el influjo benéfico de la tercera persona de la Santísima Trinidad. Pero todo era una cuestión de fe, según han subrayado los protagonistas del choque. El Barça inistió una y otra vez, con más dedicación que acierto, hasta el pelotazo final.
Antes del remate de Iniesta estaba convencido de que los británicos se habían ganado a pulso el pase a la final porque habían sabido practicar su juego mejor que los catalanes el suyo. Quizá hubiera sido injusto, porque el Barcelona ha hecho un gran fútbol a lo largo de la temporada y merecía estar en la final de Roma. Y entonces sucedió lo que tantas veces con tantos encuentros en busca de la "fumata blanca": que Dios vio que era bueno escribir derecho con renglones torcidos. El disparo del manchego me recordó vivamente aquel inolvidable zurdazo de Zidane que significó la "novena" para el Real Madrid. Ojalá el Barça pueda conseguir su "tercera" frente al histórico Manchester United.

sábado, 2 de mayo de 2009

TARIFAS ELÉCTRICAS: MENTIRAS ELECTROCUTANTES

Qué bonito debe de ser convocar una rueda de prensa y soltar un titular que los amables redactores comparecientes repiten en sus diarios sin hacer ni hacerse demasiadas preguntas. El pasado jueves el Consejo de Ministros aprobó una especie de pacto con las compañías eléctricas según el cual éstas se comprometen a mantener congelados los precios de la electricidad a cinco millones de hogares. ¿De dónde se han sacado esa cifra? Porque a mí no me salen las cuentas. Si la cifra soltada por los portavoces gubernamentales, tan redonda, fuera cierta, tendríamos que aceptar la conclusión de que uno de cada cuatro hogares no verá subir el recibo de la luz en los próximos cuatro años. Demasiado bonito para ser sierto.
En primer lugar, se nos dice que habrá congelación para los que tengan una potencia contratada inferiror a 3 kilovátivos. Pero resulta que las compañías llevan décadas exigiendo que el mínimo contratado sea de 3,3 kilovatios. Es decir, que el número de viviendas que cumplen este requisito es absolutamente residual, probablemente son chabolas o infraviviendas que han sobrevivido de los tiempos en que la electricidad no llegaba a todos los rincones del solar patrio y el suministro era a 125 voltios.
Es cierto que a los hogares anteriores habrá que sumar los pertenecientes a jubilados con pensiones mínimas, los de las familias con todos sus miembros en paro y los de las familias numerosas. Pero ni aún así me creo la cifra de los cinco millones, a no ser que el Ministro Sebastián y las compañías interesadas tengan a bien poner a disposición del público la documentación estadística que lo demuestre. Y para colmo, la congelación no será automática, sino que los posibles interesados tendrán que solicitarlo y demostrar que reúnen los requisitos necesarios. Cuando hayan conseguido completar los papeleos se habrá acabado el plazo previsto sin subidas.
Mucho me temo que con esta medida tan social va a suceder lo mismo que con la Ley de Dependencia: íbamos a levantar el cuarto pilar de un generoso y sólido estado del bienestar -Jesús Caldera dixit- y años después de la publicación de la ley en el BOE la inmensa mayor parte de los posibles beneficiarios ni recibe ayudas ni sabe a quién tiene que dirigirse para obtenerlas.
Lo que sí se ha levantado con sorprendente celeridad son los grandes cartelones (muchos de ellos casi superan en tamaño a las iglesias de los pueblos) que dan cuenta de las obras que van a ejecutarse con cargo al plan del Gobierno para inversiones locales. Menos mal que, al llegar, lo primero que prometieron los chicos de ZP es que se iba a acabar eso de hacer propaganda con cargo al presupuesto público.