miércoles, 31 de diciembre de 2008

FINANCIACIÓN AUTONÓMICA: EN BUSCA DEL TRAJE A MEDIDA

Tenía yo un amigo que, cuando encallaban nuestros debates asamblearios, siempre parafraseaba al gran Churchill: la democracia es el menos malo de los sistemas políticos, pero es lenta y laboriosa. Si en la España de hoy existe algo lento y laborioso (aparte de la Justicia, claro) ese algo son las conversaciones para consensuar el nuevo modelo de financiación autonómica. El Presidente del Gobierno se ha dedicado intensamente a esta tarea durante los días de Navidad y es previsible que el acuerdo final pueda cerrarse a lo largo del mes de Enero, tomando como punto de partida la propuesta presentada por Pedro Solbes en el penúltimo día del año. O mucho nos equivocamos o ese acuerdo final, en esencia, consistirá en lo siguiente: la Administración Central "adelgaza" un poco más en su esfuerzo por contentar a todas las Administraciones Autonómicas, cuya suma "engordará" dentro del gasto público total.
Las llamadas comunidades ricas (Cataluña, Madrid, Valencia, Baleares) han reclamado en sus conversaciones con Rodríguez Zapatero que se redujera la diferencia en el dinero "per cápita" que reciben unas comunidades y otras. Y lo cierto es que, a pesar de que Cataluña ha llevado la voz cantante en este asunto, es Baleares la que sale peor parada, ya que, según la liquidación de 2006, recibió apenas 1800 euros por habitante mientras que Extremadura -la más beneficiada- recibía más de 2600. Cataluña -sus gobernantes- protesta mucho en su permanente esfuerzo por acercarse a un modelo como el que disfrutan el País Vasco y Navarra, pero recibió más que Madrid, Valencia o Canarias.
El nuevo sistema presentado por Pedro Solbes trata de dar satisfacción a estas exigencias de las regiones más dinámicas mediante dos nuevos mecanismos. De un lado, se eleva el porcentaje de la cesión de impuestos, que pasa a ser el 50 en el caso del IVA y el IRPF y el 58 en los Impuestos Especiales; y de otro, se crea el llamdo Fondo de Competitividad para asegurar que cada gobierno regional disponga de los mismos recursos por habitante para atender los servicios fundamentales, y especialmente la Sanidad y la Educación, que se llevan casi el 70 por ciento del gasto total de las autonomías.
La población, el número de habitantes de cada territorio, refuerza pues su peso como principal criterio para determinar la cantidad total que recibirá cada gobierno regional; y al Gobierno Central se le encomienda la tarea de allanar el camino hacia el acuerdo a base de poner más dinero para compensar a las comunidades más ricas, a las más pobres y también para reconocer el aumento de población experimentado desde el 99 para acá.
¿Tiene razón Mariano Rajoy cuando acusa al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero de tirar de chequera y de recurrir al endeudamiento a fin de garantizar las nuevas transferencias? Si y no. Es cierto que el Gobierno tira de chequera, pero es que sin poner más dinero sobre la mesa era imposible cuadrar lo que el propio Solbes llamó el "sudoku" autonómico, era imposible garantizar al mismo tiempo que todas las comunidades salgan ganando (unas más que otras) y que ninguna pierda con respecto a lo que recibieron en 2006. No creo, sin embargo, que esas nuevas aportaciones vayan a garantizarse mediante la apelación a la deuda pública. Eso sería una locura a medio plazo, aunque es posible que en algún ejercicio de baja recaudación (como será 2009) no haya más remedio que hacerlo. Lo que sucederá, como decíamos al principio, es un "adelgazamiento" de la Administración Central, que dispondrá de menos capacidad para invertir y mejorar el bienestar de los ciudadanos.
Una reflexión final. A estas alturas yo creo que está claro que ni la educación que reciben nuestros jóvenes ni la atención sanitaria que recibimos todos han mejorado por el hecho de haber sido traspasadas a las Comunidades Autónomas. Más bien al contrario. Hoy en día, ponerse enfermo en una comunidad distinta a la que uno vive puede ser mucho peor que un engorro. Y ambas cosas -Educación y Sanidad- se llevan las dos terceras partes del gasto total, de donde se deduce que nos habríamos ahorrado muchas complicaciones si hubieran seguido en manos de la Administración Central. Pero el llamado Estado de las Autonomías es como una bicicleta a la que no sólo hay que dar pedales sin cesar para que no se caiga, sino que además no admite la marcha atrás.

ZULEMA DIGITAL DESEA A SUS LECTORES UN FELIZ 2009

Frente al pesimismo de la inteligencia, el optimismo de la voluntad, decía el pensador italiano Antonio Gramsci. No nos queda otro camino que enarbolar la bandera del optimismo voluntarista, con la que está cayendo en Gaza y en tantos otros lugares martirizados por la violencia, la pobreza y la injusticia. Pero resolver los problemas del mundo no está en nuestras manos, y ni siquiera en las manos del nuevo Jefe del Imperio, este Barack Obama que tiene tiempo para decir que no le gusta la persona elegida para sustituirle en el Senado, pero al que vemos sospechosamente calladito frente a lo que está pasando en Oriente Medio. Esperemos que las noticias positivas predominen en los próximos meses y que la salud nos acompañe para seguir practicando el periodismo volandero y por libre en la Red. Feliz 2009 a todos.

sábado, 27 de diciembre de 2008

RODRÍGUEZ ZAPATERO "VENDE" REALISMO PARA 2009

Compareció el Presidente del Gobierno para hacer balance del año transcurrido y aprovechó su encuentro con los informadores para colgarse todas las medallas a que había lugar (incluídos sus viajes a lo largo y ancho de este mundo y sus entrevistas sin fin con jefes de estado y primeros ministros). Cuando un periodista le pidió que hiciera un poco de autocrítica, contestó que "eso sería una impostura, porque para hacer la crítica de la gestión del Gobierno ya están la oposición y los medios de comunicación".
Me pareció inteligente y comprensible esa respuesta y coincido con él en que su misión no es hacer la crítica sino el eleogio de la tarea llevada a cabo por los miembros de su Gabinete. Debo confesar además que me gustó la música de algunos pasajes de su discurso: por ejemplo, cuando rechazó con contundencia la reducción del gasto público, los recortes de las prestaciones sociales o el aumento de las facilidades para el despido como recetas para salir de la crisis.
Pero hagamos la crítica, puesto que el Presidente encomienda este cometido a los periodistas. De todas sus decisiones, la que yo veo más criticable, por su cicatería, es la subida del Salario Mínimo Interprofesional. No me parecen de recibo esos 24 euros mensuales más en un Presidente que no pierde ocasión de presumir de su sensibilidad social. No me parece de recibo que un país como España, que ha conseguido sobrepasar a Italia en renta per cápita, como nos recuerda una y otra vez el propio ZP, tenga a más de medio millón de trabajadores cobrando un sueldo de 624 euros al mes (menos el descuento de cotizaciones para la Seguridad Social) por ocho horas de trabajo diarias. Y el sentimiento de injusticia y discriminación se agrava si tenemos en cuenta que la mayor parte de los que cobran el SMI son trabajadoras encuadradas en el sector de las empleadas de hogar.
En años anteriores los Gobiernos se resistían a subir el SMI por sus potenciales efectos inflacionistas, ya que se tomaba como referencia para multitud de ayudas y prestaciones sociales. Para eliminar ese "daño colateral", en la época de Jesús Caldera se creo el llamado IPREM (Indicador Público de Rentas de Efectos Múltiples). De modo que cabría preguntarse: ¿A qué tienen miedo ahora para negarse a un incremento un poco más decente? Supongo que la respuesta es que tienen miedo a las estadísticas: Una subida más sustanciosa podría "desincentivar" la contratación de trabajadores, con el impacto consiguiente en las listas del INEM.
¿Cuál sería, en la España de hoy, la cuantía adecuada para el SMI? Algunas voces sindicales y de expertos consideran que debería situarse en el 50 por ciento del salario medio del país. Teniendo en cuenta que dicho salario medio ronda los 20.000/22.000 euros, el SMI debería subir hasta los 11.000 euros anuales. Es decir, que los 800 euros por 14 pagas al año prometidos por ZP para el final de esta Legislatura deberían concederse ya. Otro método posible sería la comparación con el entorno: Si los precios de los productos y los servicios tienden a igualarse con Europa, ¿por qué no se iguala también el SMI? Ningún país de la Europa anterior a la última ampliación, salvo Grecia, tiene un Salario Mínimo ni siquiera parecido al de España.
Esta "prudencia" del Gobierno en la subida salarial para los más desfavorecidos no evitará que la economía española siga destruyendo empleo, al menos en la primera mitad de 2009. Rodríguez Zapatero reconoció que "estamos atravesando los peores momentos de la crisis" y pronosticó el comienzo de la recuperación para el segundo semestre del año. Según él, ese análisis de futuro no es un ejercicio más de optimismo, sino de realismo basado en los sólidos fundamentos de nuestro sistema productivo.
Ya veremos si ZP acierta o no en sus previsiones, pero en otra cosa debemos darle la razón: Nadie podía imaginar la rapidez y la intensidad con que se desencadenó la crisis. La vuelta a los tiempos de bonanza será mucho más lenta.

lunes, 22 de diciembre de 2008

LA DIRECCIÓN DE CC.OO. CAMBIA DE MANOS

Comisiones Obreras es la catedral de Burgos del sindicalismo español. Esta frase, que algunos juzgarán exagerada, refleja el orgullo de un hombre frente a su propia obra. Fue acuñada hace ya algún tiempo por uno de los dirigentes políticos y sindicales más lúcidos que ha conocido la democracia española: Nicolás Sartorius.
Sartorius, perteneciente a una familia aristocrática, fue uno de los dirigentes detenidos por la policía franquista en la casa de meditación y retiro de los padres Oblatos en Pozuelo de Alarcón, Madrid. Con aquella detención, en la que también cayeron Marcelino Camacho y Francisco García Salve, se iniciaba el histórico Proceso 1001. Y en memoria de lo que significó aquel proceso (en el que se dictaron penas de hasta 20 años de cárcel) han sido 1001 los delegados del reciente Congreso de Comisiones Obreras, aunque cinco de ellos finalmente faltaron a la cita con las urnas.
A Fernández Toxo, el nuevo Secretario General, le espera una tarea muy complicada, aunque yo creo que saldrá airoso si le acompañan los aciertos y la suerte. Ahí tenemos el ejemplo de Rodríguez Zapatero, a quien nadie discute ahora dentro del PSOE y sin embargo en Julio del año 2000 se hizo con la Secretaría General por tan sólo nueve votos de diferencia frente a José Bono. Personalmente, prefería el triunfo de Toxo antes que la continuidad de Fidalgo. El primero viene de aquel sindicalismo a pie de obra, asambleario, reivindicativo, ambicioso, que fue capaz de destruir el sindicalismo vertical de la dictadura desde dentro y que desembocó en aquel proceso incoado por el régimen franquista contra las Comisiones Obreras. El segundo tiene un perfil más tecnocrático, menos ideológico si se quiere, más tendente a un sindicalismo de prestación de servicios más que de movilización y exigencia. Estuve hace unos meses en el homenaje público que se rindió a Marcelino Camacho y las palabras de Fidalgo en aquel acto no me parecieron el discurso de un sindicalista, sino más bien las de un presidente del consejo de administración de la compañía haciendo el elogio del ejecutivo más veterano.
El Congreso de Comisiones se ha celebrado en la misma semana en que el Parlamento Europeo rechazaba las famosas 65 horas seamanales y en la que el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero ha propuesto la ridícula subida de 21 euros mensuales para el Salario Mínimo Interprofesional. La prosperidad que hemos disfrutado no puede ocultar las muchas injusticias que nos rodean. Algunos derechos por los que ha habido que luchar tan duramente, como el de la negociación colectiva, hoy están amenazados con la excusa de la globalización, la competitividad, la deslocalización de empresas y otras zarandajas. Necesitamos una acción sindical que sepa combinar con inteligencia la negociación y la movilización. Toxo puede ser el hombre adecuado para guiar a Comisiones por ese camino.

viernes, 19 de diciembre de 2008

EL BARRIDO INFORMÁTICO

Cuando uno llega en verano al apartamento playero lo primero que desea es que al menos esté bien barrido, que no haya ni rastro de los inquilinos anteriores. Y cuando uno es entrenador de fútbol lo primero que desea es contar con un central cuya obsesión única sea tener el área propia bien barrida siempre de contrarios. En general, nos gusta encontrar las cosas limpias, bien barridas, relucientes a ser posible. Yo mismo, que me he pasado media vida viajando en tren de cercanías, me sentía muy agradecido a la RENFE por las mañanas si encontraba los asientos limpios y el suelo de los vagones fregado.
¿Por qué los políticos se enfadan, y se enzarzan en peleas un poco absurdas, si al llegar al poder encuentran barridos los ordenadores que usaron sus antecesores? El último econtronazo entre el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero y la oposición del señor Rajoy ha sido a cuenta del presunto barrido llevado a cabo por los colaboradores de Aznar antes de que los colaboradores de Rodríguez Zapatero tomaran posesión de los despachos. ¿Y qué esperaban? ¿Encontrárselo todo lleno de secretitos y pistas para hacer leña del árbol caído con más facilidad?
Me parece demasiado burda esa excusa del barrido esgrimida por el Presidente del Gobierno para justificar su presunto desconocimiento de los vuelos norteamericanos a la base de Guantánamo. Lo sabía, y decidió no revocar la autorización para no empeorar más las cosas (que ya estaban bastante mal después de la precipitada retirada de Iraq) y con la esperanza de que dentro de los aviones no hubiera "carga o pasajeros que pudieran resultar controvertidos para España", como dijo Moratinos en su comparecencia parlamentaria. Y si no lo sabía, pues peor, mucho peor. Porque esa ignorancia vendría a significar que el señor Presidente no se entera o no es informado de ciertas cosas de la mayor relevancia que ocurren dentro de nuestras fronteras.

martes, 16 de diciembre de 2008

¿QUIÉN NOS PROTEGE CONTRA EL FRAUDE?

Siempre he sido contrario a la idea de sustituir el sistema público de pensiones por un sistema de gestión privada. Es una polémica que de cuando en cuando retorna al escenario de la actualidad, aunque los defensores del cambio están ahora muy achantados. Y lo ocurrido con el llamado escándalo Madoff viene a reforzar uno de los argumentos fundamentales que esgrimen -o esgrimimos- los partidarios del sistema estatal: la posibilidad de una gestión fraudulenta que podría ocasionar daños irreparables a miles o a cientos de miles de personas.
Incluso cuando se lleva a cabo una gestión escrupulosamente profesional y honrada a carta cabal, se pueden tener pérdidas, como nos ocurrió hace unos años a los trabajadores de RTVE por culpa del famoso "corralito" argentino: la sociedad gestora del fondo de pensiones pensó que podía ser una buena idea comprar bonos del Estado argentino, ya que parecían seguros y ofrecían una rentabilidad mayor que los bonos españoles o los alemanes. Se invirtieron 300 millones de pesetas que hubieron de ser provisionados como pérdidas cuando el Gobierno de Adolfo Rodríguez Sáa declaró la suspensión de pagos en Diciembre de 2.001. Creo que al final sólo se pudo recuperar la mitad más o menos del dinero invertido.
Pero ¿qué hacer cuando el problema no es una inversión que ha salido mal, sino una estafa piramidal pura y dura, que las autoridades supervisoras no han sido capaces de detectar a tiempo? Está claro que en este caso no hay nada que hacer, salvo enviar a los culpables a la cárcel y resignarse a la ruina sufrida. Esto es lo que les va a pasar a los selectos inversores que confiaron sus dineros a Madoff y lo que nos pasaría a muchos peatones de la historia si nuestro futuro como pensionistas se pusiera en manos privadas.
Lo que más me ha sorprendido es la reacción aparentemente impávida de los mercados bursátiles. En los meses anteriores hemos asistido a bruscas caídas motivadas por noticias mucho menos graves. Yo había pronosticado un batacazo más que regular para la sesión del Lunes día 16 y resulta que Nueva York tan sólo bajó unas décimas y Madrid incluso se apuntó una pequeña ganancia. Esto demuestra que nunca me ganaré la vida como asesor financiero: ya en Septiembre me atreví a escribir que era un buen momento para iniciar un plan de ahorro basado en la renta variable, justo antes de los desplomes ocasionados por la amenaza de colapso en el sistema financiero mundial.
Lógicamente, si los precios que había al final del verano me parecían atractivos para un plan de ahorro en renta variable, los que hay ahora son más atractivos todavía y, por tanto, tengo que reafirmarme en mi idea, aunque los acontecimientos a corto plazo vuelvan a desmentirme. Pero yo no cobro a nadie por mis consejos ni por mis ideas, mientras que los supervisores -en este caso la SEC norteamericana- sí que cobran por proteger al público de estafas como la que nos ocupa, que en verdad tiene unas proporciones inimaginables. ¿Y qué decir de las empresas auditoras, que cobran por certificar que los informes que se remiten a los inversores recogen una imagen fiel del estado patrimonial del fondo en una fecha determinada? Una de dos: o Bernard Madoff conseguía deslumbrar a todos con el brillo de su prestigio como gran gurú de las finanzas internacionales o estamos ante una panda de incompetentes y corruptos verdaderamente increíble.
Algunos habrán pensado que lo mejor sería el retorno a la faltriquera escondida debajo del colchón, dado que no se puede confiar en nadie. Se supone que ahora mejorarán los controles y aumentará la prudencia de los inversores, pero es inevitable caer en una cierta sensación de desamparo. ¿Quién puede asegurarnos que ahora mismo, en alguno de nuestros fondos de pensiones o fondos de inversión, no está gestándose una estafa como la de Madoff, como la de Gescartera? ¿Podemos fiarnos de los informes que nos dicen que nuestro dinero ha sido invertido en estos y aquellos valores? Estas son las dudas que me asaltan. Y por eso pienso que una cosa es emprender una pequeña aventura, un pequeño plan de ahorro, con la renta variable y otra cosa es jugar con nuestro futuro como pensionistas. Con las cosas de comer no se juega.

domingo, 14 de diciembre de 2008

MEDITACION (CASI CONSTITUCIONAL) EN LA CASA DE CAMPO

Los lectores de Zulema Digital han tenido a bien manifestarse a favor de ciertas reformas en nuestro norma fundamental, siempre que sean limitadas y tengan el mismo grado de consenso que se logró en el 78. En esa postura mayoritaria parecen coincidir con una máxima que el responsable del blog suele repetir a sus compañeros de senderismo cuando se presenta alguna encrucijada y el camino a seguir no está del todo claro: aventuras sí, pero controladas.
Sobre estas reformas ( que seguramente no se harán, porque el Presidente del Gobierno ahora no las considera prioritarias y porque el procedimiento de reforma es ciertamente laborioso) meditaba yo en días pasados mientras daba un largo paseo por la Casa de Campo, que es un parque extraordinario, seis veces mayor que el Central Park de Nueva York, que los habitantes de la Comunidad Autónoma de Madrid ( y también los del resto de Comunidades, claro) podemos disfrutar gracias a una decisión adoptada en 1.562 por Felipe II.
¿Debemos incluir a Felipe II entre los grandes monarcas de nuestra historia? Yo creo que sí, a pesar de la Armada Invencible, de la Inquisición y de la sangría que ocasionaron al Reino sus guerras exteriores, tan parecidas a las de los norteamericanos en la segunda mitad del Siglo XX y lo que llevamos del XXI. Su reinado fue el más largo desde que los Reyes Católicos unificaron los reinos de Castilla y Aragón para formar lo que ahora es España (a don Juan Carlos, por ejemplo, que lleva 33 años en el trono, aún le queda casi una década para igualarse con el Rey Prudente). Y, entre otras muchas cosas, nos legó El Escorial y estas 1.700 hectáreas de encinares, milagrosamente salvadas de la expansión urbanizadora, por las que ahora paseo bien pertrechado contra el viento gélido que llega directo desde las cumbres nevadas del Guadarrama.
La propiedad que hoy conocemos como Casa de Campo fue adquirida por Felipe II a la familia Vargas en 1.562. Dos siglos después, Carlos III llevó a cabo nuevas adquisiciones y ordenó construir la valla perimetral de manpostería, de 16 kilómetrtos de largo. Al otro lado de la valla puden verse los chalets de lujo, que a uno se le antojan como la avanzadilla de un ejército de bárbaros del norte dispuestos a lanzarse al asalto de las murallas. El folleto que entregan a los visitantes en el centro de interpretación ubicado junto al Lago describe este acoso urbanístico con las siguientes palabras: "El paisaje que se percibe desde la Casa de Campo está dotado de gran singularidad debido al fuerte contraste entre el primer plano, formado por un dosel de abundante arbolado, y la gran masa de edificios que se recorta en el horizonte".
Hay multitud de pistas y senderos que atraviesan este pulmón verde de la capital de España. Perderse aquí es imposible, porque hay muchas indicaciones y mucha gente a la que se puede preguntar, pero no está demás coger un plano en el centro de interpretación, aunque sólo sea para guardarlo como recuerdo. Nosotros hicimos un recorrido de unas tres horas, que arranca de las inmediaciones del Lago y va remontando el arroyo Meaques hasta llegar al Puente de la Culebra, llamado así por el sinuoso trazado que le dieron sus constructores. Desde este puente giramos a la derecha por la amplia pista de tierra que discurre paralela a la valla hasta llegar al denominado Portillo de los Pinos. Y desde aquí nuevo giro a la derecha para bajar hacia la zona del Lago por otra pista similar a la que traíamos.
Una ventaja añadida que ofrece la Casa de Campo es que una jornada senderista puede complementarse luego con una jornada gastronómica según las posibilidades de cada bolsillo. A las orillas del Lago funcionan unos cuantos restaurantes que no competirán nunca con Arzak, Adriá o Berasategui, pero que tienen unos menús del día con una relación calidad/precio bastante aceptable.

jueves, 11 de diciembre de 2008

MORATINOS Y LOS VUELOS DE LA CIA: ALGO HUELE A PODRIDO EN LA PIEL DE TORO

Estuve el Miércoles por la tarde en la sala Internacional del Congreso de los Diputados. Quería escuchar las explicaciones del Ministro Moratinos sobre los presuntos vuelos del Ejército de los Estados Unidos y de la CIA con prisioneros talibanes capturados en Afganistán. Yo creo que nuestro titular de Exteriores es un hombre honrado, pero su conclusión se me antojó rocambolesca: Las autorizaciones al Gobierno de los Estados Unidos para efectuar escalas de emergencia en las bases españolas fueron concedidas por el Gobierno de José María Aznar, pero dichas escalas nunca llegaron a producirse.
Ya decíamos aquí hace unos días que la política, entre otras cosas, es el duro oficio de zambullirse en las cloacas y no morir en el intento. Para mí, la prueba irrefutable de que algo oscuro y maloliente se nos está ocultando fue la reacción de Gustavo de Arístegui, otro hombre honrado, a las palabras de Moratinos. El portavoz popular en la Comisión de Exteriores, que se ha comportado como un auténtico martillo de herejes contra el Ministro, en esta ocasión se declaró "satisfecho" por la explicación que acababa de oir. Tan satisfecho estaba Arístegui, que no tuvo incoveniente en meter la mano en el fuego no sólo por los Gobiernos de Aznar, sino también por los Gobiernos de Rodríguez Zapatero: "Teníamos la convicción -aseguró el joven y correoso portavoz- de que no se había producido en territorio español ninguna violación de los derechos humanos, ni por parte de los Gobiernos del señor Aznar ni por parte del actual Gobierno". Una filigrana inverosímil, la del señor Moratinos, obligado a "comerse todos los marrones", como dijo algún portavoz; una mano valiente, la del señor Arístegui, que podría acabar oliendo a chamusquina.
Una cosa son las pruebas judiciales y otra las convicciones morales. Como no soy juez, sino sólo un "bloguero" con cierta facilidad para colocar unas palabras detrás de otras, me muevo en el terreno de las convicciones y no en el de las pruebas: Creo que el Gobierno actual y el anterior han hecho un "pacto de caballeros" para echar tierra sobre un asunto que les salpica a ambos por igual. Estoy convencido en mi fuero interno de que hubo vuelos del Ejército USA y de la CIA con prisioneros talibanes que hicieron escala en bases y aeropuertos españoles. El argumento ofrecido por Moratinos para negarlo me parece de lo más endeble: Los escritos oficiales remitidos por el Gobierno USA (y entregados a la Audiencia Nacional) en los que se asegura que "nunca se han violado las estipulaciones del Convenio de Defensa entre España y los Estados Unidos y, por lo tanto, todos los vuelos con origen o destino a Guantánamo no transportaban carga o pasajeros que pudieran resultar controvertidos para España".
Tendríamos que vivir todavía en el Paraíso Terrenal para creernos que un Gobierno, cualquier Gobierno, no va a mentir con tal de ocultar sus miserias, y más aún cuando puede mentir impunemente. El hecho es que centenares de personas, algunas terroristas, a las que se privó de todos sus derechos por el procedimiento de declararlas "combatientes ilegales" en lugar de aplicarles el estatuto de prisioneros de guerra, fueron llevadas a Guantánamo en vuelos que necesariamente debían hacer escalas. Pero el Gobierno de los Estados Unidos niega por escrito que se hicieran tales escalas en España. Nadie será llevado ante los tribunales por esa presunta mentira.
Tanto Moratinos como Arístegui condenaron sin paliativos las violaciones de los derechos humanos cometidas en Guantánamo y pidieron el cierre de aquel presidio. Eso les honra y les hace merecedores del beneficio de la duda. Muy posiblemente, ni el Gobierno Aznar ni la entonces oposición socialista sabían hasta qué extremos iba a llegar la Administración Bush en su proclamada lucha contra el terrorismo universal. En consecuencia, no sintieron la necesidad de hacer preguntas, sobrecogidos aún por el horror que nos causó a todos el atentado contra las Torres Gemelas. Pero ahora saben que el horror no puede borrarse ni curarse provocando nuevos horrores, porque, como dijo el propio Arístegui, la peor derrota que puede sufrir la democracia es olvidarse de los principios del Estado de Derecho en su lucha contra la amenaza terrorista. Y ante la tormenta duradera que pende sobre sus cabezas han adoptado una estrategia conjunta: Negarlo todo hasta el final. Un final que aún está por escribir.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

EL PARTIDO POPULAR Y EL GOBIERNO SOCIALISTA POLEMIZAN POR EL VETO A LOS PRESUPUESTOS

Sobre la sesión de control de este miércoles en el Congreso de los Diputados, la penúltima del año, han planeado los ecos del veto a los Presupuestos aprobado ayer tarde en el Senado y los rumores de una posible crisis de Gobierno.
El Presidente del PP, Mariano Rajoy, ha vuelto a poner sobre la mesa los problemas económicos, el desfase de las previsiones presupuestarias y el aumento del desempleo para calificar a Rodríguez Zapatero como sinónimo de paro. Menos de doce horas después de la alianza "contra natura" entre populares y Esquerra Republicana de Cataluña en la Cámara Alta, Rajoy volvía a pedir a Rodríguez Zapatero la retirada del proyecto de Presupuestos para "generar confianza" en la sociedad española. También emplazaba Rajoy al Presidente a "certificar" que en el año 2009 habrá creación neta de puestos de trabajo gracias a los planes de impulso económico aprobados por el Consejo de Ministros.
El propio líder popular le estaba sirviendo la oportunidad en bandeja de plata al Jefe del Gobierno y éste no ha desaprovechado la ocasión de entrar a saco. A su juicio, lo único que puede certificarse a día de hoy es que en las filas populares no hay "un plan de impulso económico, ni ideas ni propuestas". "A ustedes -añadía Rodríguez Zapatero en tono duro y seco- no les preocupa el empleo, ni las familias ni la recuperación económcia; lo único que les preocupa es oponerse como sea a este Gobierno y por eso han votado en el Senado con Esquerra, en un acto de incoherencia que les retrata, porque han dado su respaldo a una propuesta de veto que se justifica en el presunto incumplimiento del Estatuto de Cataluña".
Soraya Sáenz de Santamaría, después de la dura andanada recibida por su jefe, ha tratado de dirigir de nuevo el foco sobre las contradicciones internas del Gabinete socialista. A partir de su pregunta inicial acerca de si la crisis nos afecta a todos por igual, Sáenz de Santamaría llegaba a la conclusión de que "a algunos ministros, por no haberse enterado de que hay una crisis económica, se les puede llevar por delante una crisis de Gobierno". El problema, según la portavoz parlamentaria popular, es que, cuando falla el Presidente, el asunto no tiene arreglo, ni siquiera "aunque ustedes convoquen una operación triunfo", le ha espetado a su oponente habitual, María Teresa Fernández De la Vega.
La Vicepresidenta Primera siempre trata de contrarrestar los certeros dardos dialécticos de Sáenz de Santamaría reprochándole su actitud poco constructiva. A los "herodes presupuestarios", como ha calificado De la Vega a los populares, "les queda mucho tiempo de oposición si siguen por este camino". La Vicepresidenta ha pedido a Sáenz de Santamaría y a toda la bancada popular que "no se obsesionen con la crisis de Gobierno, ya la habrá cuando el Presidente lo crea oportuno; pero lo que yo les puedo asegurar es que cualquier socialista que esté sentado aquí gobernará bien a los españoles".
El Congreso levantará el veto a los Presupuestos en el Pleno de la semana que viene. Después de ese trámite, si los rumores son ciertos, es posible que Rodríguez Zapatero decida afrontar el nuevo ejercicio con un nuevo equipo ministerial.

domingo, 7 de diciembre de 2008

DIVAGACIONES SOBRE CRISIS E HIPOTECAS

Lo que antes te hirió ahora te cura, le dice el ciego de El Lazarillo de Tormes a su joven y voluntarioso guía. Estoy citando de memoria, así que no os lo toméis al pie de la letra, pero ese pasaje de la novela fundacional de la picaresca se me vino a la cabeza mientras leía una información sobre los tipos de interés del Banco Central Europeo y su lento traslado al Euríbor. Las hipotecas enloquecidas fueron el detonante del gran torbellino y su abaratamiento podría ser ahora al menos un alivio para la asfixia económica en que se encuentran -nos encontramos- millones de empresas y familias.
Podría ser un alivio, pero no está claro que lo vaya a ser, en primer lugar porque los tipos de interés más bajos no son un factor suficiente para animar a la gente y recuperar una tendencia compradora; en segundo lugar, porque los mismos bancos que antes daban créditos con desbordante alegría ahora exigen y exigen, y cuantas más garantías piden menos posibles compradores o consumidores están en condiciones de asumirlas; y en tercer lugar, porque los efectos de la crisis (en forma de despidos y aumento del desempleo) incrementarán el número de familias que no pueden hacer frente a su hipoteca, ya sea ésta cara o barata. Y si aumenta la morosidad, aumentarán las dificultades de los bancos y también las garantías que éstos reclaman antes de conceder nuevos créditos. Puede que hayamos entrado en un círculo vicioso después de descarrilar el tren que parecía circular por un círculo virtuoso durante los 15 años anteriores de crecimiento ininterrumpido.
Entre las medidas aprobadas por el Gobierno, antes de que el INEM estuviera al borde de los tres millones de parados registrados, destaca por su vistosidad la que permitirá a los desempleados aplazar por dos años el pago de los intereses de su hipoteca. No es un regalo, puesto que esos intereses hay que pagarlos más tarde, pero puede ser una ayuda. Sin embargo, no sirve para maquillar el problema de fondo, que no son los intereses, sino el precio de las casas y los cientos de miles de familias endeudadas hasta el cuello para poder ejercer su derecho constitucional a una vivienda digna. Un problema que se vino incubando, a la vista de todos, durante muchos años, sin que nadie hiciera gran cosa para remediarlo o frenarlo. Ahora estamos atrapados en un "atascamiento general", como decía Adam Smith, y no sabemos hasta cuándo durará.
A mí esta posibilidad de aplazar los intereses me recuerda esas ofertas comerciales de "compre hoy y no empiece a pagar hasta el año que viene". Hoy en día muchas inmobiliarias, y también los concesionarios y fabricantes de automóviles, estarían deseando vender un piso o un coche bajo esa fórmula, pero ya sabemos que el consumo de bienes duraderos es lo que más se resiente cuando llega la crisis. La gente no sabe lo que va a pasar con su empleo, obtener préstamos está más difícil y la psicología colectiva tiende al pesimismo cuando mira hacia el futuro. Se paralizan las decisiones de inversión o de consumo y las estadísticas acaban reflejándolo dramáticamente.
Algunos expertos dicen que esta crisis de ahora tiene pinta de ser tan profunda y duradera como la del 29. Otros, por el contrario, aseguran que no será para tanto, porque las autoridades han sabido reaccionar a tiempo. Lo bonito será, en cualquier caso, que la salud nos acompañe para ver quiénes estan en lo cierto. Hace ochenta años, el Alcalde de Nueva York, abrumado por aquella ruina y desesperación colectivas, imploró a los empresarios cinematográficos que programaran en sus salas películas capaces de infundir optimismo y esperanza en el ánimo de las gentes. No sé si ahora se ruedan películas capaces de conseguir ese efecto, pero yo creo que no hacen falta. Esta mañana, como buen ciudadano, he visitado el centro comercial y he visto con mis propios ojos las colas ante los surtidores de carburante: si no consumimos más es porque no podemos.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

EL CULEBRÓN DE GUANTÁNAMO

Del mismo modo que el asunto de los GAL persiguió a Felipe González después de haber dejado la Jefatura del Gobierno, el asunto de los vuelos de la CIA a Guantánamo puede perseguir a José María Aznar y quién sabe si quizá también a José Luis Rodríguez Zapatero. Gobernar es no sólo el arte de hacer posible lo necesario, sino el rudo oficio de hundirse cada día en las cloacas hasta más arriba de la cintura y no morir en el intento. Ese contacto con el lado oscuro, y con frecuencia nauseabundo, del poder es la causa más probable del deterioro tan visible en el semblante de Rodríguez Zapatero, y eso que en su gran noche de gloria, el Domingo 14 de Marzo de 2.004, aseguró rotundamente que "el poder no me va a cambiar".
Hay que felicitar al periodista Miguel González por la exclusiva que viene publicando en el diario "EL PAÍS" desde el Domingo día 30 de Noviembre. González se ha hecho con unas copias de unos presuntos documentos oficiales y secretos que han permitido a su periódico llevar a la portada titulares como estos: "Un informe secreto revela la connivencia de Aznar con los vuelos a Guantánamo", "Aznar buscó aeropuertos discretos para vuelos de presos a Guantánamo", "Moratinos abre una investigación y afirma que el Gobierno del PP no le avisó", "Los papeles de Guantánamo desaparecen del archivo oficial".
Hasta el presente, nadie ha reconocido oficialmente la existencia de estos traslados de presos que el Ejército de los Estados Unidos y la CIA llevaron a cabo desde Afganistán y otros lugares a la base de Guantánamo en Cuba, donde los derechos humanos y las garantías que se otorgan a todo acusado sencillamente no existen. Pero se sabe que los vuelos comenzaron con los gobiernos del PP y continuaron con los gobiernos del PSOE, así que no es de extrañar que los papeles, si existieron alguna vez, hayan desaparecido. Aunque la sustracción o la destrucción de documentos oficiales sea un delito.
El portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, dijo en la mañana del Martes, día 2 de Diciembre, que "Guantánamo es una auténtica indignidad humana, jurídica y política". El que fue Ministro de Defensa en sustitución de José Bono añadió que "nunca tuvimos evidencia o constancia de que se estuviera cometiendo una irregularidad; si la hubiéramos tenido, habríamos actuado en consecuencia". La portavoz popular, Soraya Sáenz de Santamaría, tiró balones fuera y puso el grito en el cielo no por la presunta complicidad de los gobiernos del PP y del PSOE con las detenciones ilegales y las torturas cometidas en Guantánamo, sino por la falta de celo del actual Gobierno en la custodia de los tan traídos y llevados documentos oficiales. Esa falta de celo, según Sáenz de Santamaría, es la que ha propiciado la filtración que tan sabiamente han utilizado, periodísticamente hablando, Miguel González y "EL PAÍS".
Habrá comparecencias en el Parlamento y será apasionante seguirlas, proseguirá la investigación que tenazmente lleva a cabo la Audiencia Nacional, correrán ríos de tinta y al final los montes sólo parirán un ratoncito: Un auto decretando el archivo de la causa o una sentencia que diga que los delitos, si alguna vez los hubo, han prescrito.
Lo que a mí me llama la atención -y esto quizá se deba a mi desconocimiento de las cloacas- es por qué el Director General de Política Exterior para América del Norte, en lugar de llamar por teléfono al Ministro o al Secretario de Estado, o en lugar de enviarles un correo electrónico al que sólo ellos tendrían acceso, se pone a redactar un informe con todas las formalidades burocráticas y le estampa el sello de "muy secreto". ¿Tenía vocación de "kamikaze" don Miguel Aguirre de Cárcer? ¿Sus superiores le habían ordenado dirigirse a ellos sólo por escrito? ¿Entregó personalmente en mano el informe o se lo dio a un conserje que pasaba por allí? ¿Es así como se maneja la información secreta en las altas esferas de la Administración española? No salgo de mi asombro, un asombro como el que sentí hace meses cuando se publicaron las presuntas actas de las conversaciones privadas de Aznar y Bush en el rancho de Texas.