sábado, 8 de noviembre de 2008

EL DISCURSO DEL PARQUE GRANT

De las decepciones del pasado se alimenta el escepticismo del presente. Yo me alegro por la victoria de Barack Obama como me alegré hace 16 años por la de Bill Clinton, pero no comparto las esperanzas y entusiasmos -a mi juicio excesivos- que ha despertado en casi todo el mundo. Algunos lectores de Zulema Digital me han reprochado -y están en su derecho- esa actitud crítica, tan alejada de la fascinación que parecían sentir los enviados especiales de los medios de comunicación españoles.
Gracias a estos medios he tenido la oportunidad de leer íntegramente el discurso de la victoria, pronunciado por Obama en la noche del martes. Quería comprobar si encontraba yo también esos elementos de fascinación, aunque no sea lo mismo un discurso leído que otro pronunciado ante decenas o centenares de miles de personas.
Y lo primero que debo decir es que las palabras que hicieron vibrar a los concentrados en el parque Grant constituyen una gran pieza de oratoria política. Obama pasará a engrosar la nómina de los grandes presidentes de los Estados Unidos de América si logra que sus hechos, su gestión de los problemas que le aguardan, estén a la altura de la belleza y brillantez de sus palabras. Pero encontré también elementos que me hacen dudar. En un momento determinado habló de "la respuesta pronunciada por jóvenes y ancianos, ricos y pobres, demócratas y republicanos, negros, blancos, hispanos, indígenes, homosexuales, heterosexuales, discapacitados o no discapacitados". Me pareció un buen ejemplo de retórica que suena bien y no dice nada, porque es imposible llevar a cabo una política que satisfaga a todo el mundo al mismo tiempo. Él mismo lo reconoció en otro momento.
En otro pasaje, imitando las palabras de Lincoln en Gettysburg, vino a decir que su victoria significaba que "el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo sigue siendo posible sobre la Tierra". Esto ya me pareció un poco egocéntrico. Y casi me pareció delirante su afirmación de que "las muchas historias que tuvieron estas elecciones se contarán durante siglos".
Y Dios, siempre Dios, como aderezo especial para ligar todas las salsas políticas. He aquí el final de su discurso: "Que Dios os bendiga y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América". Ya puestos, podía haber pedido otra bendición para el resto de los habitantes del planeta, aquellos que le habían estado escuchando "reunidos alrededor de las radios en los rincones olvidados del mundo".
En fin, que me reafirmo en mi escepticismo y me acojo a lo que decía nuestro Don Quijote: "Cada uno es hijo de sus propias obras". El tiempo dirá su veredicto inapelable.

RODRÍGUEZ ZAPATERO ENCUENTRA SU SITIO (FELIZMENTE) EN EL TABLERO MUNDIAL

Uno que parece haber obtenido un veredicto favorable es el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en su empeño por ocupar una silla en la Conferencia de Washington los días 14 y 15 de este mes de Noviembre. Le habíamos criticado en Zulema Digital por la ofensiva diplomática que había desplegado en pos de un objetivo que nos parecía carente de sentido y justo es que le reconozcamos ahora el éxito que se ha apuntado. Desde el PP, por boca de Dolores de Cospedal, le han pedido que "defienda los intereses de los 44 millones de españoles". Pero ese parece un enfoque bastante errado, porque lo que debe buscar la cumbre de la capital norteamericana no son estos o aquellos intereses nacionales, sino un nuevo marco, unas nuevas reglas de juego, que eviten los sustos que nos da el capitalismo depredador.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuanto se criticó a Aznar –llegaron a llamarle indigente político- cuando reclamaba un lugar en este manido foro. Respetuosamente discrepo de ti querido Santiago: No reconozco éxito alguno al presidente Rodríguez. Mas bien el éxito se lo deben de apuntar los “fontaneros” de exteriores. O… ¿habrá sido el lobby que contrató Aznar –también muy criticado- y al que mas tarde le amplió contrato el gobierno actual? Ahora está por ver que ha exigido el Sr. Zarkozy a cambio de la p… silla. Infalibles y virtuosos son los franceses en el arte del “quid pro quo”
Normalmente, un licenciado por Harvard, me refiero al Sr. Obama, que aunque no es católico (creo que pertenece a una iglesia cristiana independiente) es creyente; por tanto, es normal que encomiende a Dios a su país, y a sus gentes. Las bendiciones Urbi et orbi (a la ciudad de Roma y al mundo) son solo potestad del Papa.
Yo personalmente me temo más de lo mismo. Fundamentalmente porque en EEUU la cosa fáctica es enormemente poderosa y porque me consta –según mis fuentes-que el Sr. Obama es… mano de hierro en guante de seda.

Feliz noche del sábado y sereno domingo a todos
José Antonio