miércoles, 10 de septiembre de 2008

RODRÍGUEZ ZAPATERO RECONOCE QUE LA CRISIS VA A PEOR, PERO NO OFRECE NUEVAS MEDIDAS DE CHOQUE

El Presidente del Gobierno ha reconocido esta mañana en el Pleno del Congreso que la crisis económica va a peor, que los próximos trimestres serán duros, sobre todo por el aumento del paro, pero ha renunciado a ofrecer un nuevo conjunto amplio de medidas para tratar de frenar ese deterioro. "No tiene sentido improvisar", ha dicho Rodríguez Zapatero para justificar ante los diputados el hecho de que su intervención de hoy fuera casi una repetición de la de hace dos meses, al final del anterior período de sesiones.
El sector inmobiliario y de la construcción, el más afectado por la caída de la actividad, ha sido el destinatario de dos de las escasas novedades en el discurso del Jefe del Gobierno. La primera es que se autorizarán sociedades cotizadas en Bolsa y dedicadas a la inversión en este sector de la vivienda, con el fin de dotarle de una mayor liquidez; y la segunda es una nueva línea de crédito del ICO, por valor de 3.000 millones, destinada a empresas que empleen esos préstamos en la construcción de viviendas en alquiler.
Aunque Rodríguez Zapatero ha hecho un análisis más crudo y realista que en otras ocasiones, no se ha resistido a ofrecer una visión optimista para el futuro. Por ejemplo, ha pronosticado un descenso de la inflación hasta el 4 por ciento de aquí a fin de año y ha cifrado en un 1 por ciento el crecimiento del año que viene, frente a la previsión de la Comisión Europea, que atribuye a España un cuadro de recesión económica ya en el segundo semestre de este año. En materia presupuestaria, el Presidente del Gobierno ha prometido austeridad, con un incremento del gasto no superior al 3,5 por ciento. Esa austeridad no afectará al gasto social y a la inversión en infraestructuras, ya que ambas partidas crecerán por encima de la media.
El Presidente del PP, Mariano Rajoy, en vista de que no había grandes novedades, ha lanzado esta pregunta a Rodríguez Zapatero: "¿a qué ha venido usted?". Lo malo es que la pregunta la llevaba escrita de antemano, lo cual ha servido en bandeja la réplica del Presidente: "puede ser discutible a qué he venido yo, pero el señor Rajoy ha venido a no escuchar". Pero, más allá de la esgrima dialéctica, el líder popular ha puesto el dedo en la llaga de los tres desequilibrios básicos que causan que España sufra un impacto mayor de la crisis: la inflación, especialmente en el capítulo de los productos básicos, el déficit exterior, que alcanza ya la cifra del 11 por ciento del PIB y el acelerado deterioro de las cuentas públicas, que ya han visto evaporarse el superávit que había. Rajoy ha añadido que la mejor medida para crear empleo es recuperar la confianza y a ello ayudaría la rebaja del Impuesto de Sociedades hasta el 20 por ciento para las pequeñas y medianas empresas. Ha propuesto además que el gasto público total no crezca más del 2 por ciento, y ha terminado su discurso con una frase enigmática que podría interpretarse como una petición de dimisión: "si usted no es capaz de aportar las soluciones -le ha dicho a Rodríguez Zapatero- deje de ser parte sustancial del problema".
En conjunto, el debate del Presidente con el resto de portavoces ha sido de tono amable, aunque ninguno ha ocultado las críticas al Gobierno y menos aún las exigencias concretas. Durán i Lleida ha insistido una y otra vez en la necesidad de una nueva financiación para Cataluña; y Josu Erkoreka, del PNV, ha emplazado a emprender cuanto antes la negociación sobre las transferencias pendientes. Zapatero les ha pedido a todos que transmitan un mensaje de confianza en la capacidad del país, aunque no les convenza la política de quien está al mando.

ACLARACIONES SOBRE POLÍTICA MIGRATORIA

Rodríguez Zapatero ha aprovechado su réplica a los portavoces parlamentarios para fijar la posición del Gobierno en relación con los flujos migratorios, asunto este que la semana pasada ocasionó una cierta confrontación interna en el Ejecutivo, cuando la Vicepresidenta De la Vega desautorizó lo que había dicho el Ministro de Trabajo en el sentido de que la llegada de nuevos inmigrantes debía tender a cero. El Presidente le ha echado un capote a Celestino Corbacho, porque ha dicho que "en la actual situación es natural que la oferta de nuevas contrataciones se reduzca de manera significativa y los países de origen deben saber que las expectativas de empleo en España son mucho menores en estos momentos". No obstante ha reiterado que se cubrirán las necesidades en materia de contratación temporal y en el llamado catálogo de puestos de difícil ocupación.

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