lunes, 23 de junio de 2008

EL BANCO DE ESPAÑA Y LAS PENSIONES

Supongo que uno de los sueños favoritos de todo lector apasionado de periódicos sería el de poder participar cada día en la elaboración de los contenidos que pueblan las páginas que cada mañana compra en el quiosco. Una ventana abierta a la realización de ese sueño es la sección de Cartas al Director, en la que uno tiene ciertas posibilidades de que le abran un hueco, aunque muy de cuando en cuando, pues el espacio disponible hay que repartirlo entre cientos de miles de lectores.
Los responsables de la citada sección en el diario El País tuvieron a bien publicarme este lunes una carta que les envié sobre el reciente informe del Banco de España, informe en el que se afirmaba que la crisis económica puede ser más duradera y profunda de lo que esperábamos y se pedían reformas en el sistema público de pensiones. Os ofrezco aquí el contenido de la misiva, que yo titulé "El Banco de España y la credibilidad de MAFO" y ellos cambiaron a "La ley del embudo":

Desde siempre me han parecido cabreantes los informes del Banco de España por la contumacia con que aplican la llamada ley del embudo: que los ricos acumulen más riquezas para que puedan invertir y que los pobres, cuyos salarios son la yesca que alimenta el fuego inflacionista, vayan abriendo nuevos agujeros en sus ya apretados cinturores.
Es posible que, desde el punto de vista económico, estos informes sean irreprochables, pero me parece que el gobierno de la "res pública" no debe abordarse únicamente desde los parámetros de la ortodoxia, sino también desde los principios de la moral y de la justicia.
Miguel Ángel Fernández Ordóñez (de ahí lo de MAFO que yo había incluído en el título) nos propone trabajar más para cobrar menos salario y cotizar más años a la Seguridad Social para cobrar menos pensión. Un planteamiento inaceptable que, sin embargo, podría merecernos un cierto respeto y una cierta credibilidad si el señor Fernández Ordóñez predicara con el ejemplo.
Entre las funciones del Gobernador del Banco de España está la de vigilar lo que pasa en las entidades financieras. ¿No tiene nada que decir el señor Fernández Ordóñez frente a los sueldos escandalosamente altos que perciben los directivos de esas entidades? ¿Tampoco nada que decir frente a las aportaciones multimillonarias que reciben en sus fondos de pensiones? Si no tiene nada que decir frente a todo eso, entonces el señor Fernández Ordóñez debería limitarse a disfrutar su estupendo despacho, su suculento sueldo y su saneado plan de pensiones.

Este es el contenido de mi carta, en la que me hubiera gustado decir algunas cosas más, pero El País exige que los textos destinados a la sección de Cartas al Director no tengan una extensión superior a quince líneas, es decir, medio folio. Pero valen más quince líneas en El País que quince mil en este blog que esforzadamente voy manteniendo. Le pregunté por este asunto de las pensiones a Cristóbal Montoro en la entrevista que le hice para Diario de Alcalá y que también habéis podido leer en esta bitácora. Montoro me contestó que ellos son partidarios de que cualquier cambio se acuerde en el seno del Pacto de Toledo, que parece ser que se reunirá a partir de septiembre.
Tiempo tendremos, pues, para seguir hablando de pensiones, pero voy a terminar esta entrada ofreciéndoos un par de datos que fueron publicados hace algunos meses en la prensa y que, al menos que yo sepa, no han sido desmentidos hasta la fecha. El Presidente del BBVA, Francisco González, que fue nombrado a dedo por el Gobierno de José María Aznar, gana cada año (entre salario, incentivos, dietas y plan de pensiones) unos 17 millones de euros. En el tiempo que lleva al frente del banco que un día fue de capital público ha acumulado en su fondo de pensiones la bonita cantidad de senta millones de euros. Como es lógico, el señor González forma parte del ejército de fervientes partidarios de la moderación salarial.

1 comentario:

Anónimo dijo...

M.Sant Macía
Muy en la línea de lo que expones en este comentario, recuerdo que hace algunos años una comisión representante de la industria automovilística de EEUU fue a reunirse con sus homólogos japoneses para llegar a algún tipo de acuerdo ya que la industria del automóvil norteamericna estaba sufriendo una enorme pérdida de cuotade mercado como consecuencia de la competencia japonesa en ese sector. Una de las respuestas que los japoneses dieron a la comisión norteamericana fue que en sus factorías el sueldo del presidente nunca era superior a cinco veces el sueldo más bajo que hubiera en la factoría. Esta información venía acompañada de los sueldos de los comisionistas norteamericanos y del sueldo más bajo en sus respectivs empresas. Naturalmente aquello no era un abanico, era un Pai-pai de esos que son una circunferencia completa. Esta es la cruda realidad del sistema económico en el que vivimos.