domingo, 20 de abril de 2008

EL NUEVO GABINETE DE ZP: MANDA HUEVOS

Zapatero, recuerda que eres mortal. ¿Queda alguien, en algún rincón de La Moncloa, capaz de decirle esta frase al Presidente mirándole a la cara? Creo que no, por los indicios y confirmaciones que vamos teniendo. Leo, y no salgo de mi asombro, un reportaje periodístico que "reconstruye" el proceso de reflexión y consultas que llevó a cabo el líder socialista antes de llegar a la nueva estructura del Consejo de Ministros, anunciada el sábado, día 13, después de prometer su cargo ante el Rey.
Si hemos de creernos lo que nos cuenta El País, Rodríguez Zapatero lo decidió todo en su refugio de Doñana, después de haber considerado nada menos que cinco borradores. ¿Fue, entonces, el viento del Levante lo que nubló el entendimiento de ZP hasta el extremo de hacerle cometer una jilipollez ( con perdón ) de calibre tan grande como poner el IMSERSO en manos de la Ministra de Educación? Los intérpretes autorizados del pensamiento presidencial han explicado que esa nueva estructura de Educación está inspirada o copiada del ministerio británico de Educación y Familia. ¿Quiere esto decir que, si los británicos se tiran a un pozo, nosotros nos tiraremos detrás para no ser menos?
El diálogo entre el Jefe del Gobierno y el que había sido su Ministro de Defensa, que el diario de Javier Moreno nos cuenta en términos hagiográficos ( de peloteo a calzón bajado, vaya ) no tiene desperdicio:
-Quiero que seas nuestro portavoz en el Congreso.
-Presidente, que yo no me veo de portavoz, que no me veo.
-Ya verás como sí que te ves, hombre.
-¿Y qué voy a hacer para verme, Presidente?
-Te vas a ver porque yo quiero que te veas.
El poder no me va a cambiar, dijo ZP en la noche gloriosa del 14-M de 2.004. Enseguida pudimos apreciar hasta qué extremo estaba equivocado. Primero le cambiaron el peinado, luego comenzaron a hacerle los trajes a medida, más tarde comenzaron a crecerle las bolsas bajo los ojos ( Berlusconi, como le considera un rojo disolvente y peligroso, se niega a proporcionarle su receta para la eterna juventud). Pero todo eso no eran sino cambios externos, de importancia muy menguada. Los cambios internos, los de verdadero calado, los está llevando a cabo él mismo a partir del descubrimiento -embriagador, ciertamente- de que sus deseos son órdenes.
Me han contado que la verdadera razón de la salida de Caldera y su envío a la "fábrica de las ideas" es que el salmantino era el único capaz de hablar con voz propia en las reuniones del Consejo de Ministros. Algo parecido le pasó a Rodrigo Rato en 2.003: le dijo sin rodeos a Aznar que la aventura de Iraq era un dislate y éste se lo "agradeció" designando a Rajoy como heredero. ZP ha optado por poner los asuntos de Interior en manos del indiscutible Rubalcalba y los económicos, de los que no tiene mucha idea, en manos de Solbes. En todo lo demás hace y deshace sin que nadie le diga "esta boca es mía".
Tener un Ministerio de Igualdad puede que sea muy fashion, como los atuendos que tan garbosamente luce cada miércoles la Vicepresidenta en el Congreso, pero es muy dudoso que vaya a traducirse en mejoras tangibles para los ciudadanos. Más claras estaban las competencias de Vivienda y ya hemos visto para lo que ha servido hasta la presente.
Más lógico hubiera sido crear un Ministerio de Asuntos Sociales, aunque tal cosa no pueda "venderse" como el último grito de la modernidad. ¿Y qué decir de la supresión de Medio Ambiente? Por ese camino nunca llegaremos a la vanguardia de la lucha mundial contra el cambio climático. Pero ZP siempre lleva razón, nadie discute la brillantez de sus ideas, qué lejos está de Rajoy, condenado a pisar la arena en un pringoso debate acerca de liberales y socialdemócratas.

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